INSTROSPECCIÓN
Era el 18 de Diciembre de 2022, día de la final del mundial Argentina vs Francia, me encontraba donde mi abuela, con mi familia, era fin de semana asi que iba a visitar a mi madre.
Siempre fui fan de Messi desde pequeño así que estaba a la expectativa de que pudiera ganar un mundial, llegaron a penaltis y decidí irme directo donde mi mamá para no saber el resultado y que fuera una sorpresa.
Le pedí a mi padre la moto para llegar rápido y cómodo hasta mi destino, no suelo manejar mucho solo porque me aburre, pero ese día la carretera estaba sola, supongo que todos estaban interesados en aquella final.
Pase el semáforo de la carrera calle 13 y lo que me esperaba no era nada bueno.
Un bus se encontraba parqueado impidiendo ver que se encontraba en la esquina, el semáforo estaba en verde, la carretera estaba sola, las condiciones perfectas para acelerar un poco, hasta ese momento nunca había tenido problemas en ningún semáforo, lo usual es que la gente se atravesara en otros momentos, pero no me lo esperaba allí.
Llegue justo a 2 metros de la línea en lo cual se considera la esquina, el bus bloqueaba totalmente la visión, los reflejos rápidamente actuaron y percibí a un peatón corriendo para pasar la calle, rápido freno como puedo pero la llanta trasera se vuelve loca, fue el instante mas largo de mi vida, 1 segundo en el que se congelo toda la situación, deje ir la motocicleta, con los ojos cerrados rodé en medio de la carretera mientras la moto afortunadamente se deslizaba sobre las defensas, recupero el sentido de la conciencia al momento y me paro como si nada hubiera pasado, pero con furia al entender que sucedió.
Comprendo que iba a 70km/h pero la culpa no era 100% mía, un peatón que esperaba su buseta me ayudo, llame a mis familiares para hablarles de que había pasado, y mande arreglar la motocicleta.
Ese día entendí que no debo confiarme ni un solo segundo en que la gente va a hacer lo correcto, debo pensar en el que no piensa y analizar si vale la pena un momento de adrenalina sobre una vida
Lo que aprendí de caerme